El viejo soldado de iba de permiso. Se canso por el camino y le entro hambre. Llego hasta un pueblo y llamo a la casa mas cercana:
- ¿Dejareis entrar a un viajero?
Una anciana abrio la puerta.
- Entra, soldado.
- ¿No tendrás algo de comer?
La anciana tenia de todo, pero no quiso dar de comer al soldado y se hizo pasar por huerfana.
- Ay, buen hombre, yo tampoco he comido nada en todo el dia, nada.
- Bueno, no pasa nada. - dijo el soldad.
De repente, vio un hacha debajo del banco.
La abuela levanto las manos de sorpresa.
La anciana trajo una caldera, el soldado lavo el hacha, la metio dentro de la caldera, añadio agua y la puso a hervir.
La anciana mira fijamente al soldado, sin quitarle ojo.
El soldado saco una cuchara, remueve el caldo. Lo prueba.
- ¿Que tal esta? - pregunta la anciana.
- Pronto estara lista – dice el soldado – una pena que no haya sal.
- ¡Sal tengo, toma!
El soldado le hecha sal y lo prueba otra vez.
La anciana se puso nerviosa y trajo de algun sitio cereales.
Le hecho cereales. Poco despues la vuelve a probar. La anciana mientras no lo quita ojo al soldado.
La anciana encontro aceite.
Terminaron la gacha.
- Bueno, abuela, coge pan un una cuchara, vamos a probar la gacha.
- ¡No tenia ni idea de que de un hacha se puede hacer una gacha tan buena! - decia la anciana sorprendida.
Terminaron la gacha y la anciana pregunta:
- ¿Soldado, cuando vamos a comer el hacha?
- Ah, ves, el hacha no se ha terminado de cocer – dijo el soldado – por el camino lo preparare y me lo comere.
Metio el soldado el hacha en su macuto, se despidio de la anciana y se fue a otro pueblo.
Asi es como el soldado comio gacha y se llevo el hacha.
No hay comentarios:
Publicar un comentario